domingo, 23 de diciembre de 2012

asideros

la luz que se filtra por mi ventana

Las letras, las letras formando palabras, la tipografía, la tipografía urbana, la tipografía en cualquier parte, las letras chinas, las árabes, la letra que tiene la gente.

Los collares de abalorios, las rayas de colores, los lápices, ordenar las pinturas por colores, ordenar las pequeñeces.

El viento en el pelo, el pelo pelirojo, el pelo largo, las trenzas, el pelo revuelto de la gente, el olor a viento en el pelo.

Las telas africanas, los tocados africanos, la gracia de los negros para ponerse cualquier cosa en la cabeza. África.

Los niños durmiendo, su respiración, los pies de los bebés.

Los tejados, las tejas, la nieve en los tejados, poder ver los tejados de una ciudad desde lo alto.

Los cielos de este otoño, acuosos, que parecen acuarelas.

Los dibujos a lápiz, los garabatos, los bocetos, cualquier dibujo sin pensar, dibujar caras.

Los colores de las comidas, una mesa preparada con esmero, un mantel limpio, el ruido del vino al caer.

Las amapolas, su fragilidad.

Las bicicletas, la gente en bici, las bicis antiguas.

Las fotos antiguas.

Los perros, sus narices negras y húmedas, su fidelidad,  los cachorros, su torpeza al andar, las miradas de los cachorros cuando quieren algo y ceder a esa mirada.

El sigilo de los felinos.

La fuerza de los caballos y a la vez su fragilidad.

Las tiendas de chocolates.

Los cactus, las piedras.

Los corazones, las cosas que parecen corazones.

La luz, la luz tenue, la luz de la mañana y la luz de la tarde, la luz que se filtra, la luz de las velas, las velas con olor, las velas que huelen a vainilla.

Los trenes, las estaciones, las vías y los cables, las despedidas desde un tren, los relojes de las estaciones, la palabra ferrocarril.

Los libros, sus portadas.

Las terrazas, la gente en las terrazas, las colchonetas, los cojines, las hamacas, los columpios.

Los sifones, las botellas.

Los árboles, las siluetas de los árboles, las ramas, las raices, las hojas, las hojas de los árboles por el suelo, recordar el ruido pisando las hojas, los cerezos en flor.

La madera, las contraventanas de madera, Las mesas viejas de madera, el olor a madera.

El mar, el agua, el ruido del agua de un río pequeño, las olas.

Los zapatos de sevillana, las zapatillas de ballet, los tules, las gasas, las telas vaporosas.

El silencio y la blancura de la nieve.

lunes, 17 de diciembre de 2012

otros fríos


Quisiera ser cálida y acogedora.
Y saber qué cosas me he perdido por no serlo.

Pero soy más bien fría,  o así me ven, aunque yo sienta todo el rato el calor por dentro.

Ni falsa, ni empalagosa, pero un poco menos distante sí, me gustaría.

No medimos la distancia con la que queremos relacionarnos, simplemente te colocas ahí donde te sientes cómoda  y si se acercan demasiado retrocedes.

Será porque si te dejas mirar de demasiado cerca, se ven mucho las debilidades (y las patas de gallo), pueden ver que en realidad, lo que más necesitas es a la gente, que te quieran, que te abracen, tan cerca pueden ver que tienes miedo de perder el control y abandonarte.

Cada uno es como es.  Yo ignífuga de piel.

martes, 27 de noviembre de 2012

amor-alimento




Cocinaría.
O pondría un restaurante.
Para dar de comer a la gente que me gusta.

Con canela y piñones. Queso y uvas.


Todo empieza con el amor maternal, ese que te alimenta,
que te da lo que necesitas antes de que sepas pedirlo.

Por eso está lo de comerle a besos y devorarnos o eres muy dulce.

Y nos deleita probar de su plato o que te den de comer a la boca.











sábado, 17 de noviembre de 2012

algo tiene que ser



Me despierto a horas capicúas y pienso que tiene que ser algo.

En el cielo veo acuarelas que tendría que pintar,
con gris de payne y magenta,
húmedo sobre húmedo.

Duermo mal y me despierto,
me siento al borde,
y no es otro borde,
que el borde de la cama.

Me despierto y son las 6:19, que no es capicúa,
pero boca abajo se lee igual.



martes, 6 de noviembre de 2012

murciégalos (murciélagos)



Me gusta la gente que sabe transmitir su pasión por alguna cosa, cuando hablan, noto que me quedo escuchando pasmada, en realidad el motivo de pasión no importa mucho, es más el entusiasmo que ponen y que contagian.

Hace poco, me apunté a un recorrido para conocer mejor a los murciélagos, es el año internacional del murciélago, pero me movió lo de hacer alguna actividad con mi hija, juntas, porque veo que poco a poco le voy sobrando.

Los murciélagos caen bastante mal a la gente, no son muy populares, lo más popular de los murciélagos es Batman, pero pasa como cuando conoces a alguien un poco más a fondo, que empieza a caerte bien y le coges cariño. Coger cariño a un murciélago parece difícil, porque tocarlo, es bastante repelente, tienen una textura como de terciopelo y parece que en cualquier momento se van a romper, con esas alas plegables.
A favor del cariño, está que son mamíferos y si adoptas uno recién nacido le puedes dar biberón.

Salimos por la orilla del río cuando estaba anocheciendo  y los expertos iban uno al principio y el otro al final del grupo, dando explicaciones. Llevaban un aparatejo carísimo que servía para oír los sonidos que emiten los murciélagos, porque el oído humano no alcanza a oír esas frecuencias.

Inesperadamente, del aparatejo del experto número uno, salió un sonido como hihihihihi, medio en éxtasis e ignorando al grupo, se puso a hablar con su colega de atrás:


-¡El murciélago herradura! he oído pasar al murciélago herradura!
-¡Noooo!
-¡Sí, tío, el herradura! hace 5 años que no lo oía!

Estuvo tan emocionante, los hijos abrazando a sus padres, y los padres y madres dándonos las manos, habíamos tenido la suerte de oír ese hihihihihi tan escurridizo.

En fin, sí, estoy exagerando un poco, pero es que cuando alguien te explica cosas, tendría que ser así, si me hubieran explicado de esa forma la química orgánica, ahora no sería una extraña para mí.

También este verano, conocí mejor a las abejas, cuando un apicultor, aunque yo toda la vida le he llamado el mielero, tuvo que venir a casa a llevarse el panal que se nos había instalado en una persiana, también nos dio una lección emocionante, sobre el miedo, sobre los distintos tipos de zumbidos y muchas cosas más. Pero a las abejas, fue muy fácil quererlas, porque nos dejaron un montón de miel.


















miércoles, 31 de octubre de 2012

conquistas



Hay bárbaros con-sentimientos.

Y soldados bobalicones
que ni se enteran de que hacen daño.

Hay valientes de corazón,
que no se conforman con un poco
e intentan conquistar el reino entero.

Es como la historia del mundo,
la tierra no es de nadie
y en lugar de disfrutarla,
gastamos la vida,
queriendo ponerle nombre.









lunes, 15 de octubre de 2012

ideas de bombero

Schiele - Abrazo vertical

Decía que quería tener una historia romántica, pero yo creo que quería decir pasional. Todo el mundo tiene que vivir, al menos una vez, una historia pasional y él no la había vivido.

Sin embargo y a pesar de reunir muchas condiciones, no conseguía despertarme la pasión. Si me empeñaba mucho, sí asomaba una pasioncilla, lo podía conseguir por ejemplo, mirando fijamente el piquito que tenía en el labio. También podía funcionar oyendo su voz en los mensajes que me dejaba en el contestador.

Era guapo, era bombero, era detallista y buen padre de su único hijo, pero ¿que fallaba? ¿el lío que se cocía en su cabeza? ¿esos libros rancios que leía?

Seguro que me influía todo el tiempo que pasaba hablando de su ex mujer, que le hacía chantaje emocional, aunque él no lo supiera.

Hablaba tanto de ella que era como de la familia, le llamaba siempre por su nombre y yo le puse cara, veo muchas versiones de ella cruzándose conmigo por la calle, podría ser agradable si no fuera por un gesto un poco agriado, con mechas rubias, como tantas y dulce veneno en la sangre.


Todavía no he podido volver a oír las canciones que me mandaba, oírlas era otro truco para alimentar un poco la pasión, hace un rato he visto el CD por el suelo y no tenía ganas de recogerlo, le he dado una patada y he disfrutado viéndolo rodar escaleras abajo.

Me extrañó mucho la lámina de Egon Schiele que tenía en el baño, ese pintor de líneas violentas y obscenas posturas.

A mí me encanta Schiele pero a él no le pegaba nada y ese detalle me produjo muchos quebraderos de cabeza: -no será suyo, se lo habrán regalado, será de Teresa, estaría ya allí, porque esa casa ¿será suya? ¿habrá vivido allí con Teresa?

Ninguna otra cosa, ni el sofá de piel resbaladizo, ni esas cestitas con bordados a punto de cruz, me producía tanta curiosidad como la lámina.

Pero se me hizo muy difícil desentrañar esos interrogantes, porque después de esa desastrosa noche que subí a su casa, ya hubo muy pocas oportunidades de preguntar.

Fue un desastre a lo grande y los hombres no pueden soportar las noches-desastre.

Las siguientes veces que nos vimos, fue como si el desastre no hubiese ocurrido, pero ahí estaba en forma de niebla espesa. Otra vez volvíamos a despedirnos en el portal, como si fuéramos novios eternos.

El caso es que a mí no me importaba, solo me importaba que a él le importara.

Las noches desastre se pueden enderezar si hay más noches, pero quedan grabadas a fuego si es la única vez. Con sentido del humor, incluso se pueden convertir en algo divertido, pero el humor no era su fuerte, o no entendía mis gracias, seguramente no teníamos el mismo humor.

Que me llevara en brazos fue encantador, pero luego pensé si no sería una deformación profesional, especializado en el área de salvamento de personas. Lo demás fue como si inconscientemente quisiera estropearlo todo, preguntando cada dos minutos, preocupado por si me estaban doliendo las rodillas, hablando cuando no debía, poniendo pegas, ahí no toques que me da cosa, pidiendo permiso, y al final, como para rematar, sus jadeos exagerados, pero ¿cómo se puede jadear tanto? la que jadeo soy yo y me estaba pisando competencias.

Seguramente no nos hubiéramos entendido, ni de noche ni de día, pero es tan duro, es como no haber estado a la altura, como no estar nunca a la altura.

Pero sé que acabo saliendo a flote, lo consigo cuando cambio de género y paso de la tragedia a la comedia, cuando consigo reirme del asunto.



jueves, 11 de octubre de 2012

misiones

Estas últimas noches ando liada con misiones que me encomiendan. Hoy tenía que buscar unas botas y un cráneo. No tengo ni idea de quien eran, ni porqué tenía que ir yo a buscarlos.

Recorría aulas de una universidad o salas de hospitales en edificios interminables, pero no encontraba más que cosas viejas, inservibles, amontonadas para tirar o retirar, yo pensaba que tendría que ser yo la que limpiara todo eso, porque nadie lo hacía, pero no en este momento, ahora tenía que seguir buscando.

Garajes de suelos mugrientos, bidones llenos de grasa y otros líquidos negruzcos, colchones enrollados con cuerdas, recipientes gigantes llenos de telas viejas, como si alguien lo hubiera apilado todo para tirar, polvoriento y con la mugre acumulada de muchos años.

A lo lejos, en una esquina localizo las botas que andaba buscando, unas botas hasta el tobillo, grandes, de ante, muy usadas y me apunto un tanto, pero tengo que seguir buscando el cráneo.

Era una cabeza que se  había convertido en cráneo hace poco,  y por eso era posible que tuviera trozos de carne que todavía no se habían descompuesto.

Pregunto a alguien que por fin sabe algo, una profesora de la universidad, me da pistas, me dice que seguramente todavía tendrá el nervio óptico (lo llamábamos óptico pero en realidad era el nervio auditivo), por fin aparece, alguien me lo trae, efectivamente era un cráneo grande y todavía tenía restos, como cuando un niño no limpia bien una pata de pollo al comerla. Y el nervio estaba colgando, larguísimo, del color y la textura de un calamar pero sin tinta.


viernes, 5 de octubre de 2012

espiritualidad


Hasta la espiritualidad se está convirtiendo en un producto de consumo y yo en una consumidora.

Me siento un poco así cuando voy a hacer Tai Chi, en coche, oyendo musiquita occidental y al llegar, nos saludamos muy orientales todos, el profesor (¿habría que decir maestro?) lo hace con soltura y los demás de momento, sosteniendo la sonrisa rígida.

Quería empezar a hacer ejercicio cuanto antes, después de un tiempo sin moverme, aprensiva con un tobillo accidentado y habiendo dejado de fumar.

Y sí, se hace ejercicio practicando Tai Chi, parece mentira, con movimientos lentos pero también se suda.

Y qué bonito es que los nombres de los movimientos sean tan líricos:

-Manos como nubes
-La grulla blanca despliega las alas
-Coger el tigre y subirlo a la montaña

Pero no hay que dejarse engañar por la lírica, el Tai Chi es un arte marcial y los movimientos son de lucha, solo que comercializado para el consumo occidental y vendiéndonos el bienestar personal.



Al final, cuando nos vamos a casa sintiéndonos etéreos y pasamos por la sala en la que hacen body balance, nos asomamos y vemos a la profesora gritando, qué brusco y mundano nos parece todo eso. Lo sé, aunque nadie lo diga expresamente.

En realidad yo lo que quiero es avanzar y poder empezar a usar la espada.

HIA!


viernes, 28 de septiembre de 2012

un verano sin mar

El otoño me ha pillado escuchando a Julieta Venegas, sus letras parecen mis historias, bueno, igual las tengo que forzar un poco para que parezcan mis historias. Siempre me resistía al fin del verano, a las despedidas, a dejar ir a la gente, a renunciar, pero el otoño me está pillando blanda. Me di cuenta cuando iba a trabajar y llovía fuerte con viento, el día recién amanecido, con esa luz un poco amarilla, como antigua. Mi hija me hizo dejarla en la puerta principal del instituto y no en la entrada trasera y fue todo tan simbólico: ese llover como llorar y ese viento que se lleva todo y nos deja al descubierto de nuevo, como para volver a empezar.



lunes, 17 de septiembre de 2012

hiperactividad

Sevilla-Junio 2012


La hiperactividad está de moda.

Parece que asistimos a una epidemia de hiperactividad, o como se le llama ahora TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad)

¿Es esto posible? yo no lo creo, pero sí que estamos viviendo un tiempo, en el que necesitamos tener todo controlado, medido, clasificado, diagnosticado.

Cuando un niño tiene problemas de rendimiento, cuando no para quieto, cuando no hay forma de que nos haga caso, y nos hace sentir impotentes porque no encontramos solución, nos tranquiliza oir: su hijo es hiperactivo y existe un tratamiento.

Al amparo del diagnóstico precoz y ante la mínima sospecha, se somete a los niños a una batería de tests,  para confirmar casi siempre lo que queríamos oír. Muchas veces, son los mismos padres los que lo demandan, y es que, se entiende que convivir con un niño que nos complica el día a día, que no  entendemos lo que le pasa, que no es el hijo que habíamos imaginado tener, debe ser agotador y además culpabiliza mucho.

Pero los niños son niños y tenemos que dejar que lo sigan siendo, son movidos, tienden a desobedecer, nos prueban, tienen que compaginar cosas que a veces son incompatibles, contentar a sus padres y encontrar su propio lugar, satisfacer sus propios deseos sin hacer peligrar el amor de sus padres. Cuando además el padre exige algo distinto de lo que demanda la madre, tiene que ser muy difícil apañárselas y más para los niños que no tienen todavía los mismos recursos que los adultos.

Los niños tienen que ser de una manera determinada para que no se les considere niños difíciles. Tienen que estar sentados y quietos en un horario determinado, escuchando cosas que no les interesan mucho, pero estar activos y destacar en el horario de las actividades deportivas. 

Se habla mucho de la atención a la diversidad, pero la práctica de la educación no es así, sino que tiende a uniformar, a estandarizar a niños. 

Mucha gente brillante se puede estar quedando atrás por que no se está adaptando a un sistema educativo aburrido, desfasado y donde únicamente importa el rendimiento académico.

Detrás de muchos diagnósticos, puede haber únicamente problemas familiares o de otro tipo, que el niño intenta solucionarlos y llamar la atención de la mejor manera que puede. ¿No estaremos haciendo patologías de conductas que responden a la necesidad del niño de manifestar su malestar?

Lo que asusta, es que el tratamiento incluya medicación, no exenta de efectos secundarios. Claro que los niños responden concentrándose por fin en clase pero ¿quien no se concentra tomando anfetaminas?

En EEUU hubo una campaña muy sibilina pero a la vez muy agresiva de las empresas farmacéuticas y creció tanto el diagnóstico de hiperactividad como los tratamientos con psicoestimulantes, lo que demuestra que el aumento de casos, puede responder también a intereses comerciales.

No digo que la hiperactividad no exista, simplemente que, lo que parece un diagnóstico tan científico, puede tener distintos enfoques e interpretaciones, y de que debemos reflexionar sobre lo que es o debe ser en esencia la infancia.



Nunca vamos a estar satisfechos de cómo son nuestros hijos, si tenemos proyectado un ideal de hijo en lugar de valorar lo que ya tienen de bueno los nuestros. Lo que debemos hacer es amarlos incondicionalmente, escucharlos, motivarlos y ofrecerles todas las oportunidades del mundo para que sean felices y acaben siendo buenas personas, es la mejor forma de sacar lo mejor de cada uno.

sábado, 19 de mayo de 2012

lunes, 30 de abril de 2012

la insensata



En el espejo del pasillo, me lo imagino, viendo mil siluetas encendidas, contorsionadas.



Pasarán 500 lustros y sus inviernos seguirán dejando las vías del tren nevadas, vías de hierro y nieve, tan frías que me abrasarán siempre, porque ya no sabré dónde ir, aunque Venus siga ahí, colocada en el mismo cielo negro, pero orientando a otros, a otros amantes en sus encuentros.


No hacían falta fotos furtivas, porque yo me hubiera dejado fotografiar hasta el alma, sentía envidia de los bancos vacíos, ternura por la niña alemana, quería ser Sevilla y envolver Barcelona.


A veces planeaba cómo tenía que ser,  pero no puedo dejar de ser como soy,  por dentro simple, por fuera insensata.


Después de todo, sí me he sentido juzgada, siempre juzgamos, desde la primera palabra que nos oímos. Juzgada y sentenciada, casi puedo oír el golpe del mallete.


Igual algún día, puedo ver otra vez la luz.

La pequeña luz de Venus, que ilumine un trozo de cielo negro para mí.


viernes, 13 de abril de 2012

eternamente las ocho


El reloj para no llegar tarde a trabajar solo ha durado hasta las ocho, a esa hora, la manecilla se ha enganchado en el termómetro y no puede avanzar. Es made in china, pero ahora casi todo lo hacen allí.

También he comprado una cama, por menos de 100 euros, espero no caerme al suelo en mitad de la noche, aunque posiblemente ni me enteraría, últimamente no hay quien me despierte, es como si me atrapara el sueño.

Ayer recibí varias llamadas ofreciendo servicios de telefonía, normalmente ni las atiendo, pero ayer acepté una tarifa de móvil por cinco euros, estoy venga leer la letra pequeña para ver dónde está el truco y es que una no sabe de dónde reducir gastos, hasta he puesto unas cosillas en venta, de esas que tienes por ahí y no necesitas.

La crisis debería servir al menos para recapacitar sobre el consumo, sobre lo que no necesitamos, sobre lo que es importante y lo que no.

Yo solo entiendo de esta economía, de lo que gano y de lo que puedo gastar, de que si pago impuestos, tengo derecho a unos servicios, de que si me pongo enferma, pueda ir a un hospital y estar bien atendida, porque la salud es lo más importante y de que todo el mundo tiene derecho a una educación de calidad, porque ahí está la igualdad de oportunidades.

Me importa un carajo la prima de riesgo y el ibex 35, son cosas de una economía artificial, inventada y deshumanizada. ¿Acaso alguien entiende que el estado pague por tener un campo y no cultivarlo? ¿o por obligar a que tus vacas produzcan una cuota de leche y compremos mantequilla francesa más barata que la del pueblo de al lado? ¿De qué sirve tener una economía fuerte, si las personas nos vamos devaluando cada día más?

Si la resistencia pasiva acaba siendo un delito, estaremos a un paso de la esquizofrenia social, cuando la gente está asfixiada, lo menos peligroso es dejar que se exprese.


http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/12/vidayartes/1334259638_936971.html












jueves, 29 de marzo de 2012

viernes, 23 de marzo de 2012

impotencia

La muerte es una puta caprichosa que trabaja gratis.

O no. La muerte no es nadie.

Es que intentamos buscar sentido a lo que no lo tiene y la vida es injusta y caótica.

martes, 20 de marzo de 2012

primavera



¿Cómo es posible que la primavera llegue así de atravesada?

viernes, 9 de marzo de 2012

Putin (léase puchen)



Parece que Rusia tuviera el destino de estar gobernada por ese tipo de personas, endiosadas, megalómanas, intrigantes, maquiavélicas. No me imagino de otra forma la cabeza de Putin, parece que se ha propuesto ser el zar del siglo XXI  y al estilo de Iván el terrible.

Iván el terrible debió de ser realmente terrible, pero al menos tenía la excusa de su locura, la causada por la sífilis. Mató de un bastonazo en la cabeza a su propio hijo y a muchos otros que se le pusieron por delante, y no se conformaba con matarles sin más, tenía que matar lo más cruelmente posible, hervidos en ollas o aplastados por piedras de molino.

Putin también arrastra truculentas sospechas. Sospechas, porque misteriosamente nunca se ha demostrado nada.

Aquel espía que pudimos ver morir lentamente envenenado por polonio, la periodista más crítica con su régimen que apareció asesinada después de confesar que estaba recibiendo amenazas de los servicios secretos rusos y otros periodistas y activistas de derechos humanos, que también han ido apareciendo muertos.

El oscurantismo del accidente del submarino de la armada rusa, Kursk.

Las supuestas liberaciones de, en un caso un teatro y en otro un colegio, en las que entrando al asalto, morían más civiles y niños que secuestradores chechenos.

Es que Rusia es muy grande y muy complicada, tantas religiones, tantas culturas, tanta corrupción, tanta mafia, cualquiera no puede coger las riendas de ese país, tanto petróleo y tanto gas.

Parece que está lejos, pero lo tenemos aquí al lado, entumecido de frío y empapado en vodka. Frío y vodka, qué peligrosa combinación, y si no, que se lo digan a Yeltsin. En esos estados de embriaguez debió de encontrar Putin el hueco para entrar y quedarse.

Pasó el tiempo de la URSS aunque Lenin siga ahí en la plaza roja, ¿pero qué viene ahora? ¿Qué estará maquinando Putin?

 

viernes, 2 de marzo de 2012

malditos cuadratines


Desde hace un tiempo, la palabra cuadratín me persigue.

Vete a saber porqué, simpatizamos con unas palabras y sentimos rechazo hacia otras.

A mí cuadratín me parece repelente, por cierto, la palabra repelente ¿no es también un poco repelente?

Los cuadratines están relacionados con el mundo de la tipografía y con las imprentas, se refieren a un espacio fijo que depende del tamaño de la letra que se esté utilizando, los espacios normales se amplían o reducen para ajustar los márgenes, pero los cuadratines funcionan a piñón fijo.


El caso es que los cuadratines siempre andan buscándome problemas en el trabajo, aunque no sé si mi antipatía es solo por eso, o se trata de algo más,  porque hasta empecé a escribir un relato:

Fulanito de tal, trabaja en una imprenta y entiende la vida en cuadratines ...

Lo que pasa es que Fulanito se empezó a parecer mucho a una persona real, no salía muy bien parado y me autocensuré.


Estoy hasta los cuadratines de los cuadratines.

A mí me gusta la palabra batiburrillo: hala! todo a la revuelta!

martes, 21 de febrero de 2012

arco 2012

La obra estaba colgada y la gente viva.






 

 










viernes, 10 de febrero de 2012

intensidad



La vida tiene poca intensidad.

Lo intenso es  todo lo que nos hace fijar la atención de tal forma, que el resto del mundo  pasa a segundo plano porque deja de ser importante.

Hay cosas que ayudan a subir algo el tono, la contemplación de algo bello, la música, la risa, el sexo puede ser muy intenso, pero el día a día no tiene mucha intensidad.

Sin embargo, sí hay algo muy intenso y que puede ser todo lo duradero que queramos. Es el dolor emocional.

Es una intensidad extraña, sí, pero nos hace sentir vivos, nos acompaña todo el rato, gasta energía, tiene su enganche, solo que a un precio muy alto, al fin y al cabo es dolor. Tan alto es el precio, que si se prolonga demasiado tiempo puede acabar en un tumor cerebral o en un cáncer, porque aunque la mente consiga salirse con la suya, el cuerpo se rebela y quiere salir a flote y nos avisa: eh! que me estás jodiendo con tanta intensidad!


Y mi mente insistentemente perversa, para conseguir estar a tono, se aferra al dolor a toda costa.

viernes, 3 de febrero de 2012

hoy


Hace mucho frío y nieva. Solo eso.












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